CONTESTA A LAS PREGUNTAS DEL HOY:
José Luis Martín Galindo. Presidente de la Asociación por la Arquitectura Rural Tradicional de Extremadura.
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1. ¿En qué momento y con qué fines se creó la asociación ARTE?
En 1989, el Consejo de Europa aprobó la recomendación relativa a la protección y puesta en valor del Patrimonio Arquitectónico Rural, estableciendo las directrices comunes para la elaboración de políticas al respecto en todos los países europeos ya que según dice textualmente “la evolución de la producción agrícola y las transformaciones sociales habidas ponen en peligro la arquitectura rural tradicional y sus paisajes”, planteando la necesidad de su protección al ser “no solamente uno de los componentes más auténticos de la cultura europea, sino también un factor principal en el desarrollo local”.
Desde su aprobación esta recomendación ha venido siendo observada y aplicada por la mayoría de los gobiernos europeos y también en algunas comunidades autónomas del Estado español. En cambio en Extremadura no ha sido así, la arquitectura tradicional del medio rural fue abandonada a su suerte por las autoridades locales y regionales, asistiendo indiferentes ante su destrucción y desaparición...
Por ello, tras la publicación, en la primavera del 2001, del Manifiesto en defensa de la Arquitectura Rural y su Paisaje firmado por destacados representantes de la sociedad civil extremeña y donde se decía “Se puede afirmar, sin tremendismo alguno, que la arquitectura rural tradicional se encuentra en nuestra región en una situación de emergencia y que por tanto está en peligro la identidad de una cultura muy propia y representativa de las gentes y tierras extremeñas”, en junio se constituyó la Asociación por la Arquitectura Rural Tradicional de Extremadura (ARTE) con la finalidad de estudiar y divulgar los valores de nuestra arquitectura vernácula para concienciar a la sociedad y a las instituciones en la necesidad de su protección. También para reclamar de la Junta estrategias y políticas orientadas no solo a la conservación, sino también para su rehabilitación y puesta en valor como referente histórico-cultural y como recurso socio-económico para el desarrollo de nuestros pueblos.
2. ¿Por qué decidieron destinar sus esfuerzos a la recuperación de los chozos extremeños?
Porque el chozo es el bien patrimonial más emblemático y representativo de nuestra tierra ya que forma parte del paisaje rural de las tierras extremeñas, lo encontramos en la sierra y en el llano, en la dehesa y en la vega. Con diferentes nombres y pequeñas variantes arquitectónicas, los chozos existen en todas las comarcas extremeñas: “chozos”, “chozas”, “chozus”, “chozuelos” y “chozas”, en muchas localidades; “chafurdóns”, en Eljas y Valverde del Fresno; “chajurdonis”, en Acebo; “zajurdonis”, en varias poblaciones de la Sierra de Gata; “batucas”, en la comarca de las Villuercas; “bóvedas” y “garnachos”, en el Valle del Ambroz; “bujardas”, en Llerena, Tentudía y otras comarcas de la Baja Extremadura; “bujíos”, en los Llanos de Cáceres y la comarca de Alcántara; “bobias”, en Garrovillas de Alconétar; “corralás”, en Torrequemada y pueblos próximos;“murus”, en Tierras de Granadilla; “torreones”, en Cañaveral; “torrucas”, en la vertiente extremeña de Sierra Morena, etc.
El modelo constructivo del chozo reúne una serie de características que lo ha hecho idóneo en el mundo rural, por su sorprendente autonomía de ejecución y bajo coste, para dar respuesta a las necesidades de proporcionar una habitación temporal o permanente. Durante siglos, y hasta fechas muy recientes, en torno al chozo se vertebró la economía familiar de muchos extremeños. El chozo fue el centro vital de muchas explotaciones del medio rural, fue una auténtica unidad de producción familiar. El chozo se construía en el lugar de trabajo, al lado del tajo, junto a otras construcciones e instalaciones propias de la actividad a realizar. No sólo fue una construcción de pastores, además de en la majada, estaba presente en todos los lugares de actividad productiva del campo, como la dehesa, el olivar, la viña, el bosque, el melonar, la mina o el pinar.
Son unas construcciones de un alto sentido utilitario; edificios sinceros, exentos de ornamentación, que nos muestran sin pudor su sistema constructivo y donde los materiales utilizados marcan el carácter y definen la forma. En eso reside la profunda verdad de esta construcción rural.
El chozo es, en nuestra tierra, una tradición continuada a lo largo de los siglos y hasta fechas muy recientes, es un patrimonio que reúne los criterios que justifican su valor universal excepcional como simbiosis de características culturales y naturales, ya que constituye un sobresaliente ejemplo de ocupación del territorio. El chozo es por tanto un valioso legado cultural de nuestros antepasados, un testimonio histórico del pueblo extremeño y parte del acervo cultural de Extremadura.
Y por último señalar que la arquitectura de piedra seca es una de las manifestaciones culturales más representativa, valorada y protegida en Europa, de la que los chozos extremeños es una de sus tipologías. En la mayoría de los países europeos existen construcciones similares a los chozos extremeños: “choço” en Portugal; “cabane” “capitelle” en Francia; “trullo” y “cabana de caprile” en Italia; “bunja” en Dalmacia,; “kazun” en la península de Istria; “komarda” y “trim” Croacia; “clochan” en Irlanda; “girna” en Malta; “crot y scele” en Suiza; “hiska” en Eslovenia; “pagliaddiu” en Córcega; “twic crin” en el País de Gales; “weinbergshaeuschen” en Alemania; “crot scele” en Suiza; “pineta” en Cerdeña; “mitada” en Creta, etc. Por ello las construcciones en piedra seca han sido declaradas Patrimonio Común Europeo en diversos foros internacionales, como en las Jornadas Europeas de Piedra Seca, celebradas en 2002 en Tarragona, que solicitó a la Comisión Europea, al Consejo de Europa y a la UNESCO: “Reconocer que se trata de un patrimonio localizado en toda Europa y por tanto europeo e identitario, más allá de las peculiaridades locales, convirtiéndose así en un elemento clave de la identidad europea en construcción”.
3. ¿Cuántos ejemplares de este tipo de construcción existen aproximadamente en la región?
Hasta que no sean inventariados se desconoce el número de chozos que aún quedan en Extremadura, pero debido a que fue una construcción que existió a lo largo y ancho de todo el territorio de nuestra Comunidad deben ser muchos cientos e incluso miles de ejemplares los que aún quedan en pie. Sólo conocemos el número de los existentes en algunos municipios por los estudios locales que se han realizado: 95 “chafurdôs” en San Martín de Trevejo, 75 “bóvedas” en el Valle del Ambroz, 54 “bujardas” en Llerena, 154 “chozas” en la Sierra de El Torno y 71 “chozos” en Fuente del Maestrte.
4. ¿A qué se debe el deterioro a que se han sometido los chozos?
Las causas del deterioro y la desaparición de los chozos parece ser que obedecen al hecho de que han ido perdiendo la función que tenían antaño: por un lado, las explotaciones agrícolas y ganaderas se han reducido drásticamente y, en consonancia, la gente ya no vive en el campo; y, por otro lado, en muchos casos, son considerados como un estorbo para el empleo de maquinaria en las tareas agrícolas. Por ello, en unos casos son demolidos con el fin de facilitar las maniobras de un tractor o una segadora, o simplemente son desmontados para aprovechar la piedra en la construcción de chalés u otras obras; y en otros, debido al total abandono en que se encuentran, sin uso alguno y ningún tipo de mantenimiento, con el paso del tiempo la cubierta vegetal o de tierra desaparece, las bóvedas se van hundiendo y las paredes se derrumban...
5. ¿Se sienten respaldados por las instituciones?
Como dije anteriormente nuestra asociación nació ante el abandono y la ambivalencia con que era tratada la arquitectura tradicional desde la Junta de Extremadura y otras instituciones, ya que por un lado es reconocida como un testimonio cultural del pasado que debería ser valorado y conservado según la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, pero por otro en la política cultural de las instituciones se tiene de ella la consideración de que es un patrimonio prescindible y que debe estar sometida a la ley inapelable de le evolución... lo que conlleva inexorablemente a su desaparición.
A las instituciones extremeñas les está costando asumir el nuevo concepto de patrimonio cultural con respecto a la arquitectura vernácula. Desde la segunda mitad del siglo XX el concepto de patrimonio histórico y cultural ha experimentado, en Europa, un cambio espectacular. De la concepción estrecha y limitada solo a bienes “monumentales” y “artísticos”, dominante hasta la primera mitad del siglo XX, se ha evolucionado al concepto de patrimonio cultural como “instrumento de identidad” y como “valor de desarrollo sociocultural y económico”. Se ha superado el marco ideológico del “conservacionismo” por el del “desarrollo patrimonial sostenible”. En definitiva, que la consideración de patrimonio cultural restringida solo a los testimonios basados en la “antigüedad y la monumentalidad” es cosa del pasado, en la actualidad se ha extendido también a la arquitectura tradicional urbana y rural que es considerada como patrimonio universal a proteger y conservar.
Por ello durante varios años nuestra asociación ha tenido escaso respaldo institucional y hemos realizado una difícil travesía por la incomprensión y falta de apoyo por parte de la Junta de Extremadura. Pero en ARTE hemos podido vencer las dificultades, con paciencia y tenacidad hemos realizado nuestro trabajo en defensa de nuestra arquitectura tradicional y del nuevo concepto de patrimonio cultural. Desde la revista Piedras con raíces, libros, foros de debate, conferencias y otras actividades hemos llevado este mensaje a la sociedad. Nuestro esfuerzo no ha sido en balde, en los dos últimos años se ha conocido un aumento importante de la valoración de nuestro patrimonio vernáculo construido en las instituciones y ha crecido la demanda social por medidas para la protección de este patrimonio.
Así por ejemplo el 20 de octubre de 2005 la Asamblea de Extremadura aprobó por unanimidad una proposición no de ley que exige la protección legal de los chozos de acuerdo con la Ley de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura e insta a la Junta a elaborar y aplicar planes de actuación para inventariar y restaurar estas construcciones rurales, así como para promover su puesta en valor como recurso cultural, social y económico. Y la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura con la colaboración de nuestra asociación ARTE abordará después del verano el inventariado de los chozos de de todo el territorio de nuestra Comunidad para su posterior protección de acuerdo con la Ley de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura.
La Consejería de Desarrollo Rural liderará el proyecto PARTEXAL, acrónimo de Patrimonio Rural Transfronterizo Extremadura-Alentejo, que tiene por objetivo inventariar los recursos de patrimonio rural existentes en nueve mancomunidades extremeñas y las quince áreas municipales que componen el área de intervención de la Asociación de Municipios del Norte Alentejano (AMNA).
Y el proyecto Equal “Recursos Humanos y Patrimonio” de la Consejería de Cultura que aborda la recuperación de las técnicas tradicionales de construcción, la elaboración de un catálogo de técnicas y materiales tradicionales de construcción en Extremadura y el diseño de cursos de formación de Especialista en Técnicas Tradicionales de Construcción en colaboración con el Servicio Extremeño Público de Empleo.
Todas estas actuaciones indican que soplan nuevos aires en la Junta y que se abre una etapa esperanzadora para la protección, conservación y puesta en valor de la arquitectura tradicional de Extremadura. Con ello también esperamos una mayor colaboración y respaldo por parte del gobierno regional hacia nuestra asociación ARTE.
6. ¿Cuáles son sus proyectos futuros en la asociación?
Continuar la publicación de PIEDRAS CON RAÍCES. La revista de nuestra arquitectura vernácula que edita nuestra asociación con periodicidad trimestral y que ha resultado ser un medio importante para la divulgación de nuestro patrimonio vernáculo construido no solo en Extremadura, sino también en el resto de España y de Europa.
Durante este año seguimos con la 2ª fase del proyecto ARQUIVERNA realizado por nuestra asociación durante el 2005 con la participación de expertos extremeños, españoles y europeos, cuyos resultados y conclusiones han sido publicados en dos tomos por la Diputación de Badajoz.
Empezaremos el inventariado de los chozos extremeños de acuerdo con el convenio de colaboración que vamos a firmar, después del verano, con la Dirección General de Patrimonio. Participaremos en el “X Congreso Internacional de la Piedra Seca” organizado por la S.P.S./Societé Pierre Sèche y que se celebrará los días 22, 23 y 24 de septiembre en Montalbán (Teruel). También hemos sido invitados por la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias a presentar una ponencia sobre Extremadura en las III JORNADAS DE GESTIÓN DE PATRIMONIO HISTÓRICO Patrimonio arquitectónico y Patrimonio etnológico: encuentros y desencuentros que se celebrarán del 13 al 17 de noviembre en Vega de San Mateo (Gran Canarias).
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